No hay plazo que no se cumpla, y esto lo digo porque este 2 de octubre de 2018 es la fecha señalada por
Sotero Garciarreyes en la que ocurriría la muerte de
Fantomas.
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"El nuevo Adán", No. 2-577, serie águila,
Novaro, México, 1982. Por Víctor Cruz. |
Fantomas fue salvado de morir en la guillotina en 1982 y trasladado al año
6235 D.C. en donde le fue rendido un gran homenaje. Se le explicó que gracias a su labor la humanidad se salvó de la extinción logrando alcanzar un estado de perfección y prosperidad nunca antes vistos.
Ubicó su refugio en lo alto de los Himalayas y una tarde del 2 de octubre de 2018, mientras volvía a leer El Quijote, recibió la visita de Madame Xandú, quien finalmente se lo llevó a su reino.
Podemos suponer que Garciarreyes calculó que 36 años después de su historia La amenaza elegante tendría más de 80 años, una edad "razonable" como para morir, por decirlo de alguna manera. Resulta significativo que el día exacto -2 de octubre- coincidiera con el del tristemente célebre episodio de la matanza de estudiantes en la Ciudad de México en 1968, un evento sumamente recordado precisamente en estos días al cumplirse 50 años del suceso. Un trauma histórico que marcó la vida de mucha gente, tal como le ocurrió a Sotero Garciarreyes -autor de las más famosas sagas de Fantomas- y al célebre Gonzalo Martré -el mejor escritor que tuvo nuestro héroe-, quien plasmó esa parte de la historia en su excelente novela Los símbolos transparentes, una obra destinada a desaparecer por los oficios de la censura oficial que sin embargo recientemente mereció una re-edición bastante honrosa.
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Martré: "Los símbolos transparentes",
Alfaguara, México, 2013.
Los agujeros de bala nos recuerdan los aros olímpicos.
El orangután es una referencia al presidente de México
en 1968, Gustavo Díaz Ordaz |
Precisamente en ocasión del 50 aniversario de la matanza de Tlatelolco quisiera presentar en este espacio un fragmento de la composición que con ese tema escribió Sotero Garciarreyes, mismo que por su trabajo como periodista vivió en carne propia, con riesgo de ser muerto también él por las balas. Es bastante patente el coraje que siente hacia los soldados, culpándolos de disparar como parte de su trabajo.
Tlatelolco 68
¡Fuego! soldado, tira... están inermes.
¡Fuego! dispara, tira, asesina, mata...
son jóvenes, son niños, son mujeres
tira, soldado, tira... ¡para eso cobras!
¡tira! a tí qué te importa si al fin y al cabo
son jóvenes, son niños y son mujeres
que no han de responderte muerte por muerte.
Esta tarde, en que el suelo de Tlatelolco
cubierto por alfombra líquida y roja,
sufrió las violaciones de las tanquetas
tras el tropel humano de los que huían;
ahora que la muerte está tan barata
que sale de las entrañas de un helicóptero,
que surge de la torre de un campanario,
que nace tras un árbol, tras una piedra,
esta tarde lluviosa de dos de octubre
¡tira! soldado ¡tira! para eso cobras.
Arriba, en el Chihuahua, ya lo civiles,
los de los guantes blancos, los del Olimpia,
esos que confundidos entre estudiantes
miraban hacia el cielo porque esperaban
cuatro bengalas verdes que anunciarían
que la muerte empezaba a ser regalada...
Arriba, en el Chihuahua, los del Olimpia
tiran contra estudiantes y periodistas;
¡Tira, soldado, tira... para eso cobras!
si matas a un agente ¿qué te preocupa?
¿no has disparado acaso contra los niños?
Lejos , en el crucero de Relaciones,
las bestias, los azules, los granaderos,
(más, más bestias que tú porque son cobardes)
aplauden, gritan hurras, te vitorean
cuando ven que asesinas a los muchachos
contra los que en dos meses jamás pudieron.
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¡Tira, soldado, tira... un día... acaso
habrás de verte tú frente a las balas.
-Sotero Ramón García Reyes
Como se puede ver, estamos de luto.
Mi agradecimiento a los familiares de
Sotero, quienes tuvieron la gentileza de compartir las líneas anteriores y a
Cristo_Pop, quien oportunamente me señaló la significativa fecha.