sábado, 7 de octubre de 2017

Fantomas tiene 50 años!

Ésta es la traducción al español de la revista “La Machine à Démonter Le Temps et l'Espace” de abril del 2016, escrita por Sthèphane Venanzi, quien tuvo la feliz idea de dedicar un número de su publicación a nuestro héroe, en ocasión de su 50 aniversario, el cual se celebró en marzo del 2016.

Muchas gracias a la Srta. Genoveva Sestier, quien amablemente tradujo el texto original en francés, y muchas gracias por supuesto a nuestro buen amigo Steph, quien nos obsequia una muestra de uno de sus singulares talentos al producir esta publicación desde Suiza, su ciudad de residencia. Desde aquí le envío un gran saludo.

La versión original en línea de la revista puede consultarse desde aquí. Que ustedes la disfruten!

-Luis Van



Una página del número 99 (noviembre 1972)
de "Fantomas", serie águila.


INTRODUCCIÓN

Es difícil imaginar que en la actualidad un francófono nunca haya oído hablar del personaje de Fantômas, ya sea quien libremente se mueve dentro de las novelas originales de Allain y Souvestre, de la adaptación de filmes en episodios de Louis Feuillade para la editora “Gaumont”, o del completamente desnaturalizado de la horrible trilogía “hunebelliana”…

¿En cambio, quién conoce su versión mexicana?


No obstante, con una publicación que va de 1966 hasta nuestros días (aun cuando la parte más interesante se concentra en sus veinte primeros años de existencia) y que sobrepasa el millar de fascículos originales, se trata aquí (y por muchas otras razones también) de un monumento a la cultura popular.

Modestamente, este libro (que evidentemente jamás hubiese podido ver la luz sin el trabajo encarnizado de conservación y difusión efectuado desde 2007 por el muy simpático Luis Arellano, curador del blog “Mundo Fantomas” y de sus diversos colaboradores) los invita a descubrirlo.

¡Excelente lectura!


El número 5 (julio 1956) de "Dell Junior Treasury".


TESORO DE CUENTOS CLASICOS


Cuando se lanzó en 1957, la revista “Tesoro de Cuentos Clásicos” propuso exclusivamente traducciones de los “Dell Junior Treasury”, en particular sus adaptaciones del “Mago de Oz”, de “Tom Sawyer” o “La lámpara de Aladino”.


Posteriormente, como a menudo sucedió con otras publicaciones de la “Editorial Novaro” (hasta parece ser que hubo unos pocos episodios intercalados de “Batman“ o de “Superman” – aunque nunca logré asegurarme personalmente de eso y estoy más que convencido que al final sólo se trata de una leyenda urbana, propagada por la mala costumbre que tienen ciertos mediocres sin talento, de “copiar-pegar” sin nunca verificar sus fuentes, las confabulaciones de farsantes con el fin de alimentar sus blogs inútiles) la concepción de los siguientes fascículos, fue, algunas reediciones aparte, enteramente (a priori en todo caso) confiada a artistas sudamericanos (entre los cuales se pueden citar a Ramón Alonso o Delia Larios - quienes contrariamente a la mayoría de sus colegas de la época, firmaban sus trabajos). De donde el abandono de avejentadas cubiertas US originales y una armonización gráfica con los otros títulos “didácticos” del editor que tenían por título “Aventuras de la Vida Real”, “Epopeyas” o “Vidas Ilustres”.


Pero también, posteriormente a los “Classics Illustrated” creados por Albert Kanter en 1951 (y varios años antes de la aparición en España de la bella colección “Joyas literarias juveniles” de la editorial “Bruguera”) por una renovación completa de la selección de autores adaptados, a menudo más contemporáneos y menos convencionales. Los lectores latinoamericanos pudieron así disfrutar de cuidadas condensaciones de Edgar Poe, Emilio Salgari, Jack London o, entre muchos otros, de Conan Doyle. Esto hasta el número 103 en el que apareció Fantomas en su cubierta.

El acrónimo TCC -como a menudo se utiliza hoy para nombrar la serie-, relató 34 meses de “Las hazañas” del bandido elegante más famoso de París” (Les “exploits” du bandit élégant le plus fameux de Paris” para los que tuvieran algunas lagunas en español), para que tuviera derecho a su propia revista antes que ésta hubiese tenido el éxito obtenido que consiguió, en principio quincenal y a partir del número 113 y hasta el 727 en todo caso, semanal (los 4 o 5 últimos fascículos conocidos volvieron a un ritmo bimensual sin que esto, por desgracia, mejorara la calidad global del producto, perdiendo velocidad tanto al nivel del guión como de las ilustraciones, ni salvó a la revista de un fin abrupto y poco glorioso después del increíblemente fracasado “La fortaleza negra”, episodio lamentable a cargo de Arturo Salinas y del despacho Martínez).

En cuanto a “Tesoro de cuentos clásicos”, una vez concluido el ciclo consagrado a Fantomas, la revista va a proponer, en primer término, un cierto número de historias ya publicadas (cambiando tan sólo la ilustración de la cubierta y en ocasiones ni siquiera ésta). Posteriormente, a partir del número 160, alternando uno y otro, va a presentar dos “nuevos” personajes recurrentes: Arsenio Lupin y Sherlock Holmes. Y ciertamente, con la esperanza de renovar el rotundo éxito obtenido por el relanzamiento del antihéroe de Allain y Souvestre, adoptará exactamente la misma política editorial a este respecto.

Las aventuras no son ahora adaptaciones (como había sido el caso en 1964 y 1965 para el personaje de Conan Doyle, con la serie de condensaciones que comprendía “El signo de los cuatro” o “Un estudio en escarlata”) sino historias inéditas y modernizadas (las más de las veces ilustradas por Gonzalo Mayo, dibujante peruano que reencontraremos en las páginas de Fantomas -pero con un estilo mucho más preciosista y un tanto referencial para mi gusto– ¡para decirlo cortésmente!).


Este ciclo durará casi 2 años, hasta el fascículo 182 de “Tesoro de Cuentos Clásicos). En ese momento, probablemente convencida del valor comercial de sus dos series, la editorial va a ofrecer un título mensual de cada una. Por desgracia, no sé por qué razón (¿Pocas ventas, crisis económica, costos que se elevaron? con la promoción “Fiesta de colores” que quiso reemplazar el burdo papel tradicionalmente utilizado por papel “couché” de mucha mejor calidad), tanto una publicación como la otra se revelarán muy efímeras, sobrepasando difícilmente la veintena de piezas conocidas y concluyéndose a principios del segundo trimestre de 1974.


Sorprendentemente, en el mes de abril de 1974 (si no estoy completamente equivocado en mis cálculos) la revista “Tesoro de cuentos clásicos” (la que hacia su final era quincenal) posterior a un ciclo consagrado a los misterios de Oriente y otro a relatos particularmente de horror, con una aparente predilección por el tema del vampirismo, dejará ella también de publicarse. El último número censado fue el 211, titulado “La condesa que viajaba en una carroza fúnebre” (”La contesse qui circulait en corbilllard”).


Pequeños detalles curiosos: el número 59 de “Tesoro de cuentos clásicos” está fechado en su interior en septiembre de 1959, mientras que el número 60, que de acuerdo con toda lógica, debería haber aparecido después, tiene fecha de agosto de 1959.        
  
En cuanto al número 120, que sigue al número 119 de julio de 1967 y precede al número 121 de septiembre de 1967, tiene fecha de agosto de 1968. A ver quién lo entiende…




EL MISTERIO DE LOS ORÍGENES

Detalle del número 103 (marzo 1966) de "Tesoro de Cuentos clásicos"

Un halo de misterio envuelve el (re)nacimiento1 del Fantomas (sin acento) mexicano a mediados de los años sesenta, pues su primera aventura, editada en la revista “Tesoro de cuentos clásicos” aparece el primero de marzo de 1966, es decir 19 meses después del lanzamiento de la traducción de “Diabolik”, por la editorial “Editormex”2 y 16 meses después del estreno en Francia de la película realizada por André Hunebelle. Se podría pues legítimamente pensar que ésta debe, de una manera o de otra, algo a estos dos predecesores… 

Dos cubiertas del número 5 (mayo 1963) de "Diabolik".
El número 104 (abril 1966) de "Tesoro de cuentos clásicos".

Póster de "Fantômas, le mort qui tue", un filme de Luis Feuillade, 1913.

Ahora bien, salvo muy escasos préstamos directos en los dos primeros meses de su respectiva existencia, a las novelas de Allain y Souvestre (como el par de guantes de piel humana del “Mort qui tue” que reencontramos tanto en “Il genio del delitto”, “Diabolik 5”, como en “La venganza de Fantomas”, Tesoro de cuentos Clásicos 104) y el hecho de que a semejanza de su colega italiano Fantomas conduce (por un tiempo) un Jaguar tipo E3, casi nada parece acercar a los dos antihéroes de la historieta ilustrada (por ejemplo: uno siente pasión exclusiva por su compañera Eva Kant, mientras que el otro vive rodeado de un harén de asistentes en el cual es más sensual la una que la otra y no desdeña las aventuras efímeras con las estrellas del séptimo arte4; uno enloquecía por los deportes -o por el contrario contra esta sociedad de la que detesta la hipocresía- y es raro que se le sorprenda leyendo algo que no sea un periódico susceptible de proporcionarle la idea de un nuevo golpe, mientras que el otro se apasiona por la pintura, es visitante asiduo de museos y galerías5 y bibliófilo6, además no es inhabitual que muestre un cierto patriotismo, como la vez que “robó” el castillo de Versalles para restaurarlo7 o cuando aceptó la Legión de Honor8; en fin, tal vez todavía más notable, a pesar de sus artilugios, uno sólo tiende al realismo, a la verosimilitud, mientras que el otro aborda todos los aspectos de la ciencia ficción o de lo fantástico, del viaje en el tiempo9 a los zombis10 pasando por la historia alternativa –la excelente saga que lo ve oponerse al hijo de Hitler11 - o los robots vampiros12).

Detalle del número 109 (septiembre 1966) de "Tesoro de cuentos clásicos"
Fantomas y sus asistentes en plena labor en el número 98 (noviembre 1972)
de  "Fantomas" serie llamada clásica.

En cuanto a las similitudes entre el contenido del número 103 de “Tesoro de Cuentos Clásicos” y el largometraje que presenta a Jean Marais y Louis de Funès, el asunto se torna más inquietante, pues es innegable que esta primera historia de la “amenaza elegante” está sin duda calcada de la adaptación de los sesentas del personaje de Allain y Souvestre. Esta adaptación no lo sería si se cree al “Imdb”, aparecida en México hasta el 28 de diciembre de 1967 (por tanto 19 meses después de la publicación del mencionado 103º, “TCC”). 

El número 103 (marzo 1966) de "Tesoro de cuentos clásicos".

Por otra parte, muchas pequeñas diferencias permiten pensar que tanto el guionista Guillermo Mendizábal como el dibujante Rubén Lara y Romero no habían visto la película antes de realizar su versión. Tal vez Lara, gran amante del cine según su viuda (se inspiró particularmente en el rostro de Yul Brynner para modelar la máscara de su Fantomas y, después de algunos titubeos, del citado Jean Marais para interpretar al periodista Fandor13), por lo tanto, como gran amante del cine y con un tren de vida relativamente acomodado, tal vez Lara tuvo acceso de una manera o de otra (conocidos en el medio del séptimo arte, viaje al extranjero) a un reportaje ilustrado o a un expediente de prensa antes de la primera representación mexicana. Lo que podría así indicar de donde le vino la idea de proponer a la “Editorial Novaro”, junto con Guillermo Mendizábal, una tentativa de volver a lanzar al personaje, que explicar todos los detalles no concordantes existentes entre el largometraje francés y el primer episodio de la BD… 

El número 14 (julio 1969) de "Fantomas" serie llamada clásica.

Como, por ejemplo, la razón por la que la “F”, firma de Fantomas quien, en el subJames Bond hunebelliano, aparece en el pecho de Fandor, es dibujada en la mano del reportero en la historieta ilustrada (aunque este cambio particular pueda deberse tan sólo a la censura local, tan estúpida, irracional y pudibunda como todas las censuras del mundo, encontrando inconveniente en una publicación destinada a la juventud, exhibir el torso desnudo de un personaje masculino…), o la razón por la que durante la persecución en el techo después del robo de las joyas, Gerard ya no está solo frente a su enemigo sino rodeado de policías armados que disparan en todos sentidos (aunque aquí también pueda existir otra explicación, a saber, que los dos autores se vieran forzados, debido al número restringido de páginas a su disposición, a alargar ciertas peripecias de la intriga original, de la misma manera que combinaron el primer secuestro de Fandor con el modus operandi de Hélène Gurn para darle mayor dinamismo a su relato, después de pura y simplemente haber suprimido el pasaje mucho más divertido que rocambolesco, de la grúa, quisieron, mediante el recurso de una cuadrilla de policías excitados, hacer de la fuga de la “amenaza elegante” más espectacular de lo que hubiera sido si solo lo hubiese perseguido el inspector…). 

Yul Brynner en un extracto de Fantomas del número 109
(septiembre 1966) de "Tesoro de cuentos clásicos"
Fandor en un extracto del número 23 (diciembre 1969) de "Fantomas",
serie llamada clásica y Jean Marais fotografiado por Hubert Grooteclaes.
Por desgracia, ciertamente nunca lo sabremos pues al ser Fantomas una tira dibujada popular, nada muy serio se hizo en el momento para conocer la génesis o los secretos de su realización. Y hoy, aun cuando hay algunos como el mexicano Luis Arellano -de seudónimo Luis Van, curador del blog “Mundo Fantomas”-, muchos otros no se esfuerzan en volver a poner en evidencia (y si posible volver a poner en contexto) las hazañas del personaje. La mayoría de los artesanos que trabajaron en la serie en sus comienzos, tales como Rubén Lara y Romero (creador gráfico) y Guillermo Mendizábal (guionista) o Alfredo Cardona Peña (director de la publicación) y Manuel Moro Cid (director artístico) ya han fallecido y no pueden, por tanto, aclararnos nada.

El número 23 (diciembre 1969) de "Fantomas",
serie llamada clásica.

El despertar de Fandor como se muestra en la película de André Hunebelle
y su equivalente en la serie dibujada mexicana.



Tres páginas del número 103 (marzo 1966) de "Tesoro de cuentos clásicos",
que atestiguan las libertades evidentes tomadas por el equipo mexicano
frente al modelo francés para contar el vuelo de la "amenaza elegante".


Portada de uno de los libros de Alfredo Cardona Peña

El muy prolífico Sotero Garciarreyes en pleno trabajo.

Extracto del número 133 (septiembre de 1968) de "Tesoro de cuentos clásicos".
Cartel para anunciar el lanzamiento de la revista "Fantomas".

Portada del libro de Alfredo Castelli: "Fantômas: un secolo di terrore" (2011)


NOTAS

(1) En efecto, como lo señala Alfredo Castelli (creador de”Martin Mystère, “Zona X” o bien “Storie da Altrove” para Sergio Bonelli pero también de los “Aristócratas/Gentlemen” que fueron publicados un tiempo en “Pif Gadget” antes de ser retomados en un álbum, particularmente por “Novedi”) por tanto como lo señala Afredo Castelli en su obra “Fantômas: un secolo di terrore” (“Coniglio editore”), existía en México desde 1937, “falsos “Fantomas, aparentemente bastante populares –¡y ya sin acento circunflejo!

(2) Según “Diabolik in the world –Guida alle edizioni estere di Diabolik” de Marco Sanna (enero 2001), la edición mexicana, que inició en 1964, es la primera tentativa de exportación del personaje creado por las hermanas Giussani y el único que respetó el orden de aparición italiana. No se publicarían, sin embargo, más de cuatro o cinco números.

(3) Primera aparición cierta en “Tesoro de Cuentos Clásicos” 109 página 23 (“Fantomas y la baronesa”. Me permito precisar “cierta” pues Rubén Lara, a pesar de todo su talento no fue muy diestro para dibujar los autos en movimiento, cf. la diferencia entre el magnífico JaguarTipo E de la citada página 23 y la especie de Citroën de la página siguiente que debía ser el mismo vehículo…

(4) Casi siempre anónimas al inicio de la serie (o entonces se trataba de celebridades únicamente citadas en el transcurso del diálogo, como Sophia Loren en el final de “Fantomas”, serie llamada clásica, 17, “La boda de Fantomas”), las bellezas que rodeaban a la “amenaza elegante” rápidamente se convertirán, bajo la doble influencia del guionista Gonzalo Martré y del dibujante Víctor Cruz, de más en más regularmente, en actrices o personajes célebres. De esta manera, podemos citar a Mónica Vitti (“Fantomas” serie dicha clásica 171, “La Corona de Carlomagno”), Maria Schneider (“Fantomas”, serie Águila”, 248, “El auto Invencible”, Ira von Furstenberg o hasta Susan Sontag (estas dos últimas en “Fantomas” serie llamada clásica, 201. “La inteligencia en llamas”).” La (Inteligencia en llamas”.

Una página del número 171 (julio 1974) de "Fantomas", serie llamada clásica.

En cuanto a Raquel Welch, solamente anunciada al término de “Fantomas” (serie llamada clásica) 14 (“El día que desapareció Versalles”, será en compensación promovida al rango de coprotagonista total en el “Fantomas” (serie llamada clásica) 198 (“La copa”).

Raquel Welch, retratada al estilo de Víctor Cruz en el número
198 (enero de 1975) de "Fantomas", de la serie conocida como clásica.
(5) Ver por ejemplo en el “Tesoro de Cuentos Clásicos” 136 (Fantomas, Semo, el psicoanálisis y el robot C-19), el programa inicialmente preparado por “la amenaza elegante” para distraer al Profesor cuando éste decide no ir pasar algunos días de descanso en su compañía. “Esta mañana iremos a visitar el Salon Carré del museo del Louvre, posteriormente comeremos en el Hotel de Crillon. En la tarde iremos a una exposición del escultor Calder…”, pero éste no es más que un ejemplo.

Otras innombrables secuencias (cuando no es decididamente la historia completa –como en la “falsa” trilogía publicada en “Fantomas, serie llamada clásica, números 155 a 157, “La venus del lago” / “Un pedacito de antigüedad en cada bolsillo” / Una Venus para la tumba de Fantomas”) dan testimonio del marcado de interés de Fantomas por la pintura o la escultura.

Una página del número 136 (diciembre 1968), de "Tesoro de cuentos clásicos".

Página inicial del número 128 (agosto 1973) de "Fantomas", serie llamada clásica.

(6) En particular ver “Fantomas” (serie llamada clásica 128 ("Los libros más caros del planeta”) y 201 (“La inteligencia en llamas”).

(7) Ver “Fantomas” (serie llamada clásica) 14 (“El día que desapareció Versalles”).

(8) Ver “Tesoro de cuentos clásicos” 133 (“El día en que Gerard condecoró a “Fantomas”).

(9) Ver particularmente “Tesoro de Cuentos Clásicos” 111 (“Fantomas y la máquina del tiempo”) así como “Fantomas” (serie llamada clásica) 26 (“El día que Fantomas cenó con Da Vinci”) y 46 (“Encuentro en el pasado”).

(10) Ver en particular la saga “El diabólico Papá Loi”, publicada en “Fantomas” serie “Águila”) números 537 a 545.
Un anuncio en el número 2-535 (septiembre 1981), serie "Aguila",  para anunciar
el comienzo, dos semanas después, de la saga El diabólico Papá Loi.

(11) Ver la saga “El hijo de Hitler” publicada en “Fantomas”(serie “Águila”) números 411 al 427.

Primera página del número 2-426 (septiembre de 1979) de "Fantomas" serie "Aguila".

(12) Ver “Fantomas” (serie llamada clásica) 28 (El robot Vampiro”).

(13) Como es particularmente notable en el primer recuadro de la página 17 de “Fantomas” (serie llamada clásica) ”Los funerales de Fantomas”).

Sin embargo cabe resaltar un precedente bastante singular: el último recuadro de la página 19 de Tesoro de Cuentos Clásicos 105 (Fantomas espía”). Caso singular, pues se puede claramente ver que el dibujante del episodio se inspiró en un retrato de Jean Marais para esbozar a Fandor. Por el contrario, nada permite afirmar que el autor de dichas placas sea realmente Rubén Lara y Romero, puesto que su nombre no aparece en ninguna parte y que el estilo gráfico sea, en su conjunto, mucho más rígido que de costumbre. Además, las dos otras historias no firmadas por Lara en la misma época (“Tesoro de Cuentos Clásico” 107, “Fantomas se escapa” y 108, “Fantomas y el robot” no eran de su mano pero, de acuerdo con el blog “Mundo Fantomas” era la de su antiguo asistente Víctor Cruz (quien, en su propio despacho, firmaría a partir de entonces más de 600 fascículos de la “amenaza elegante”. Por tanto, existe una doble pregunta: ¿quién es el dibujante de “Fantomas espía” y por qué razón hubo que esperar 3 años y medio antes de que Fandor, bajo la pluma de Rubén Lara y Romero, tuviera en realidad, los rasgos de Jean Marais?

El gran concurso

El título de la película de la foto de abajo es...




¿Crees que tienes la respuesta correcta? Entonces por favor envíala a: vstphane@ymail.com y tal vez tengas la oportunidad de ganar un año de suscripción a "La máquina para desmontar tiempo y espacio".

Buena suerte!


UNA EXCLUSIVA DE "LA MACHINE À DÉMONTER LE TEMPS ET L'ESPACE»



A continuación, usted podrá leer una breve historia de Fantomas, publicada originalmente con el número 190 (diciembre de 1974) de la llamada serie clásica. Es, presumiblemente, la primera publicación en francés de una aventura de la "amenaza elegante", así que disfrútela...













La máquina para desmantelar el tiempo y espacio es publicada por "Les éditions de la saucisse et du saucisson" y aparece diez veces al año. 
Número 10, abril de 2016 
Todos los textos son de Stéphane Venanzi. En cuanto a las fotos, son propiedad exclusiva de sus titulares de derechos y se reproducen aquí únicamente como ejemplo. 
Suscripción por 1 año (10 números): 20 francos suizos a pagar en el CCP 87-190546-6 a nombre de Stéphane Venanzi.

No hay comentarios.: