miércoles, 4 de mayo de 2022

Las andanzas de “El Comodín”

Rubén Lara y Romero (QEPD)

Cuenta la leyenda que, cuando Rubén Lara abandonó la editorial Novaro -decepcionado porque la dirección general no cumplió con el pago de regalías prometido por las exitosas publicaciones de Fantomas, La Amenaza Elegante-, decidió crear otro personaje igual o más interesante para tumbarles el negocio.

Tan difícil tarea le fue encomendada a “El comodín”, otro enmascarado francés que vió la luz en Editormex, la empresa que volvió a recibirlo, dado que trabajó con ellos anteriormente.

El Comodín era un maestro del disfraz y luchaba contra los malos con ayuda de hermosas mujeres y con armas que eran unos mazos de baraja que lanzaba como proyectiles, en una especie de deja-vú de lo que haría después Gambito, personaje de los X-Men de Marvel, en 1970.

Algunas portadas de "El Comodín", de Editormex.

Aunque fiel a su estilo en el dibujo, las páginas publicadas lucían menos prodigiosas que las que solía hacer para Fantomas, con todo y que seguían ayudándole Luis Carlos Hernández -su fondista de cabecera- y su hermano Jorge. La verdad es que en Fantomas nos regalaba preciosos detalles en la ambientación de las escenas, pero por otra parte, en El Comodín, el realismo de los personajes es sorprendente. Nos enteramos que la Reina de Corazones -por ejemplo-, estaba inspirada en la esposa del argumentista, así que Lara sólo tuvo que retratarla en las poses que fueran necesarias. 

"El Comodín", No 16. México, Editormex, 1970.

Otra característica importante en la historias de El Comodín, fueron las escenas eróticas, incluidas sin temor con bastante frecuencia. Aunque sin llegar a ser pornográficas, eso nos habla de que el autor tuvo la libertad que le fue limitada cuando trabajó en Novaro: Fantomas no podía mostrarse como un ejemplo a seguir, y las escenas eróticas debían limitarse al mínimo o sólo sugerirse, sin mostrar detalles.

Tesoro de Cuentos Clásicos No. 130: "La apuesta que perdió Fantomas", Novaro, México, 1968.
En sus inicios, se sugirió que Fantomas tendría encuentros íntimos con sus ayudantes, pero fue un aspecto que se abandonó pronto. Para qué distraerse de sus amantes de la farándula y buscarse problemas domésticos? Je, je.

Tal vez las ventas fueron bajas o acaso falló la distribución, o simplemente el personaje no gustó, lo cierto es que a duras penas se publicó hasta el número 16. Algunos dicen que incluso hubo un boicot en su contra para que no prosperara, pero eso no hemos podido comprobarlo.

De cualquier manera, al maestro Lara le faltaba un largo camino por recorrer, y así pudimos verlo en trabajos tan memorables como los que hizo para la revista DUDA -uniéndose a Guillermo Mendizábal, como en los tiempos de Fantomas-, o para la larguísima serie de "Samurai (John Barry)", en la editorial Vid.

Sirva lo anterior para recordar al maestro en ocasión del noveno aniversario de su partida -acaecida el 4 de mayo del 2013-. Siempre será recordado como el mejor dibujante de la historieta mexicana, como están de acuerdo en reconocerlo sus discípulos, colegas y amigos. Hasta siempre, maestro!

-Luis Van